Pongamos que ella se llama Josefina. Y la otra ella se llama Carla.
Josefina se levantó triste, deprimida, me dijo que era porque habia soñado con Carla.
Carla dijo haber soñado conmigo.
Yo soñe con ambas.
Y entonces dudo. Carla me sonrei, me mira, me ama. Y no me pide mucho y me da todo. ¿Hasta cuando?
Josefina está obsesionada, no me sonrie, no me mira, me ama y siempre me ha pedido mas de lo que he estado dispuesto a darle. Y yo no se que hacer.
Ambas estan tranquilas, mientras yo me deshago en miedos y temores, en fugas y escapes.
jueves, septiembre 13, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Pero obvio...clarísimo.
Y luego dicen que somos nosotras las complicadas. El asunto es que somos más valientes (lo que no quiere decir que ustedes son COBARDES y que alguien se atreva a discutirme eso) y a menudo hacemos lo que sentimos que debemos hacer, o sea, lo que está clarísimo.
Saludos, Galimático...
Gracias chicas.
Publicar un comentario